OOPArt es el acrónimo en inglés de out of place artifact (‘artefacto
fuera de lugar’ en español). Es un término acuñado por el naturalista y criotozoólogo
estadounidense Ivan T. Sanderson (1911-1973) para denominar a
un objeto de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra
en un contexto muy inusual o aparentemente imposible que podría desafiar la
cronología de la historia convencional.
Este término es raramente usado por los principales
historiadores o científicos. Su uso se limita en gran parte a criptozoólogos,
los defensores de la teoría de los antiguos astronautas, creacionistas de la Tierra joven y entusiastas
de lo paranormal.
El término se utiliza para describir una amplia variedad de objetos, desde
anomalías estudiadas por la ciencia convencional hasta para la
pseudoarqueología muy lejos de ser convencional, incluso para los objetos que
se han demostrado ser engaños
o tener explicaciones mundanas.
Los críticos argumentan que los ooparts que no son
engaños son el resultado de una interpretación errónea, una ilusión, o una
creencia errónea de que una cultura particular no podría haber creado un
artefacto o tecnología debido a la falta de conocimiento o de materiales. Los
seguidores consideran a los ooparts como prueba de que la ciencia convencional
está despreciando grandes áreas de conocimiento, ya sea voluntariamente o por
ignorancia.
Muchos escritores e investigadores que cuestionan las
visiones convencionales de la historia de la humanidad han utilizado a los
supuestos ooparts en los intentos de reforzar sus argumentos. La ciencia de la creación se basa en la supuesta anomalía
se encuentra en el registro arqueológico para desafiar a los modelos
científicos de la evolución humana. Los ooparts se han utilizado para apoyar a
las descripciones religiosas de la prehistoria, teorías de los antiguos
astronautas, o la existencia de civilizaciones desaparecidas que poseían
conocimiento y tecnología más avanzada que la nuestra.
Interpretación popular
El término ha sido ampliamente utilizado para refutar
teorías como la teoría de la evolución o la estimación
científica de la edad de la Tierra. Los ooparts también se han utilizado por
los aficionados a la ufología y otras pseudociencias
como base para la teoría de que la humanidad habría sido fundada y/o alterada
por civilizaciones extraterrestres mucho más avanzadas o evolucionadas (creacionismo alienígena), ya que desde su
punto de vista algunos de los pueblos antiguos poseerían, precisamente por este
motivo, conocimientos científicos en determinadas áreas al menos tan avanzados
como los actuales, así como tecnología insólita para su tiempo. Por otro lado,
la consideración de oopart depende en gran parte de los conocimientos que se
dominan de un periodo histórico, por ello es tan relativa como la veracidad de
las teorías de quienes lo utilizan como argumento.
Interpretación científica
Si bien es cierto que las características
aparentemente extraordinarias de algunos de estos objetos aún no poseen una
interpretación desde la arqueología, paleontología u otras áreas de estudio, o
bien fueron catalogados como ooparts para luego salir de esta clasificación, en
general la comunidad científica se muestra escéptica frente a las
interpretaciones que califican a estos objetos como "fuera de lugar".
Un gran número de estas han sido refutadas como productos de fenómenos como el palimpsesto, la pareidolia, la falsificación o simplemente la ignorancia
respecto a las culturas que produjeron el objeto en cuestión.
Ejemplos
Aquí os dejo algunos de los muchos
ejemplos de ooparts que se han ido descubriendo a lo largo de la historia por
toda el planeta.
La Pila de Bagdad
La pila original y sus partes
En 1936,
durante unas excavaciones en una colina de Kujut Rabua, una aldea al sureste de
Bagdad (Iraq), los trabajadores del Departamento Estatal Iraquí del Ferrocarril
descubrieron una vieja tumba cubierta con una losa de piedra.
Durante dos
meses, el Departamento Iraquí de Antigüedades extrajo de allí un total de 613
abalorios, figurillas de arcilla, ladrillos cincelados y otras piezas. Fueron
fechados en el período de los partos (casi quinientos años entre 248 a. C. y
226 d. C.).
También
hallaron unos recipientes muy singulares de arcilla, con forma de jarrón y de
color amarillo claro. En su interior había un cilindro de cobre, fijado con
asfalto a la embocadura del cuello. Dentro del cilindro había una vara de
hierro.
El
recipiente medía 13 cm de alto por 4 cm de diámetro, mientras que el cilindro
de cobre medía 9 cm de alto por 2,6 cm de diámetro. La vara de hierro
sobresalía 1 centímetro y daba la impresión de haber estado revestida de una
fina capa de plomo.
Recreación de la Pila de Bagdad
En ese año
(1939), el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo del Laboratorio
del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una probable pila eléctrica.
Describió su hallazgo en el 9 Jahre Irak, publicado en Austria en 1940. El
primer análisis de este objeto consistió en introducir en su interior un
electrolito, y conectarle una lámpara, que se encendió muy débilmente. El
informe oficial que se redactó después decía que este objeto se comportaba
exactamente igual que una pila eléctrica moderna.
En contra:
El arqueólogo König no mostró con qué material se podrían haber unido las
“baterías”, ya que entre los miles de objetos arqueológicos encontrados en
Mesopotamia no había ningún objeto metálico transmisor de la corriente
eléctrica (como un alambre de hierro) de longitud suficiente para unir varias
de estas “pilas”. König sostuvo que el objetivo de estas baterías era
proporcionar la electricidad necesaria para realizar galvanización con oro y
plata (aunque hasta el momento no se ha encontrado ningún objeto antiguo
galvanizado).
Para König y
Gray no había nada más fácil que afirmar que estos recipientes eran pilas. Sin
embargo, la hipótesis de las pilas es insostenible: no se encontraron restos,
ni siquiera trazas, de ningún electrolito dentro de los cilindros de cobre. Si
estos recipientes se hubieran utilizado como generadores de tensión, deberían
haber contenido algún electrolito, el cual, aunque hubiese pasado mucho tiempo,
se habrían podido detectar en la actualidad. Además, tampoco se encontró el
alambre necesario para hacer uso de las pilas.
El hecho de
que al agregar sulfato de cobre como electrolito se haya generado una
diferencia de potencial de 1,5 V, no implica que realmente se hubiesen
utilizado como baterías, ya que cualquier otro recipiente que contenga dos
metales puede generar una tensión eléctrica mínima si se le agrega algún
elemento electrolítico. El experimento del ingeniero Willard Gray (galvanizar
en dos horas una estatuilla de plata con electrolito de zumo de uva) resultó
ser falso. La pila de Bagdad podría haber generado como máximo 10 mA. Entonces
para depositar 10 g de oro teóricamente serían necesarios casi 6 días de
trabajo continuo (y 10 días para depositar 10 g de plata). En la práctica este
tiempo se puede duplicar o triplicar.
Si se agrega
vino, vinagre u otro ácido, la varilla de hierro se desintegraría en poco más
de 1 año. No obstante esas varillas han llegado hasta nuestros días, clara
muestra que no se utilizó ese par galvánico. Aquellos que consideran que este
artefacto era efectivamente una pila eléctrica, la califican de oopart
(acrónimo en inglés de out of place artifact: artefacto fuera de lugar). Los
escépticos en cambio piensan que el jarrón sólo servía para guardar pergaminos
y cosméticos.
El 11 de
abril de 2003, durante la Invasión de Iraq, el Museo Nacional de Iraq en
Bagdad, fue asaltado y saqueado. Durante aproximadamente tres días muchas de
las piezas de incalculable valor histórico fueron destruidas o robadas. Este es
el caso de las “baterías de Bagdad”. Aunque algunas versiones afirman que estas
pudieron ser retiradas para su protección por el mismo gobierno Irakí como
medida de protección ante los bombarderos, los más escépticos consideran que
estas pasaron a formar parte del tráfico ilegal de antigüedades mesopotámicas.
Actualmente se desconoce su paradero.
El minitúnel de Noruega
Los
descubridores de este hallazgo fueron Buddy Broyt y Ole Gunnar Krovel mientras
realizaban una excavación en Noruega bajo las órdenes de la empresa KA Aurstad
Volda para la construcción de un Centro Quiropráctico. La excavación se
realizaba cerca de un acantilado de piedra sólida. Cuando estaban a varios
metros de profundidad y al retirar sedimento suelo, Krovel, se encontró con un
desconcertante agujero en forma de estrella de siete puntas y unos 6 cm de
diámetros, además de muy suave y pulido. Extrañado Krovel retiro cuatro metros
de roca para saber donde acababa el agujero pero sorprendido observó que el
extraño agujero se adentraba en las montañas de los fiordos del Noroeste. En la
opinión de este experto excavador en sus más de 30 años de profesión nunca
antes había visto algo parecido.
Imagen en
detalle del agujero de Noruega.
Los
responsables de la obra nunca pudieron dar una explicación a la presencia del
agujero y otros geólogos de la región como Einar Anda, no pueden más que
mostrar su perplejidad ante el asunto y que produjo el enigmático y diminuto
túnel.
Hasta el
momento se han establecido tres explicaciones posibles, y ninguna de ellas definitiva:
Cristales:
Aduce que el agujero estaba compuesto probablemente por un cristal que fue
disuelto por el agua durante miles de años y el agujero se formo por una
espectacular coincidencia del azar. En contra tenemos que el agujero se adentra
en la montaña de forma recta y luego se desvía a la derecha de manera
intencionada.
Artificial:
El agujero se produjo en 1930 cuando se uso la zona como una cantera. Al
parecer hay martillos neumáticos que utilizan seis piezas unidas de broca que
pudieron ser montadas de forma horizontal formando así el agujero. De esta
manera un taladro que gira y martilla con seis puntas, puede dejar esa forma.
En contra tenemos la longitud del agujero que es imposible para cualquier
herramienta de este tipo.
Civilización:
Esta teoría postula que una antigua civilización desaparecida pero avanzada
creo y fue el elaborador del agujero. En contra aparte de ser muy imaginativa
esta una pregunta básica ¿con que fin?.
La Lupa Egipcia de 4.800 años
Se trata de
un objeto realizado en cristal de roca encontrado en Heluan, Egipto,
concretamente en la tumba del faraón Semempses. El objeto se considera
actualmente como una lupa y está expuesto en el Museo Británico. Es una lupa de
perfección absoluta y se cree que se utilizaba para observar el cielo, pero en
lugar de ofrecer respuestas, ofrece muchas preguntas.
La lente tiene una perfección inédita para la época
Si el faraón
Semempses, llegó a idear instrumentos para ampliar la imagen como en
telescopios o microscopios, se trataría de una proeza increíble. Y lo sería no
sólo por la perfección que se necesita para conseguir una lente operativa, sino
también por lo necesario para pulir el cristal, el oxido de cerio, que no se
descubrió hasta 1803 por el alemán Jakos Berzelius.
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